dissabte, 10 de desembre del 2011

AVUI EL CLÀSSIC. DIA DE CLÁSICO.

Granollers a 10 de desembre del 2011


Queridos merengues,

Pésimo dormir, no es únicamente responsabilidad vuestra, pero no ayudáis. Despertar de ansiedad pacífica, desayuno de nerviosa tranquilidad, inicio de una jornada laboral que deseo acabar cuanto antes. Afronto horas matinales de lentitud agobiante para llegar a esos minutos nocturnos que pasaran con exasperante velocidad. Tardará en llegar, marchará demasiado deprisa.
Llega el clásico, el partido del siglo, el espectáculo deportivo por excelencia; Barça-Madrid, Madrid-Barça, blancos i azulgranas, culés y merengues, desgraciadamente para algunos, catalanes contra madrileños, senyera contra la "rojigualda".
Soy, pienso y hablo en catalán; no me siento, ni pienso ni deseo ser español. Independentista convencido, algunos habéis ayudado a que cada día lo sea más, siempre defiendo mi catalanidad intentando no atacar vuestra españolidad. Los sentimientos y el arraigo no son discutibles ni menospreciables, ni los míos ni los vuestros por eso soy catalán, no antiespañol. Respeto vuestro origen, mi origen necesito sea respetado. En esta disparidad de criterios uno debe posicionarse a favor de y nunca en contra de.
Pero debo confesar que el fútbol, lo más importante de lo que no tiene importancia como lo definió Valdano, me radicaliza. Sí, soy barcelonista pero aquí también me considero antimadridista. Posiblemente la anécdota de un partido de fútbol entre dos clubes, a pesar del intento de algunos por elevarla a categoría, me lo permite. Deseo nuestra victoria, anhelo vuestra derrota. Afán por que los míos suban al cielo, intento de que los vuestros caigan en el infierno. Aplaudo nuestras sonrisas, sonrío ante vuestros lloros.  Esta es la única batalla en la que me permito ignorar piedad ante el adversario. Dudo si mi necesidad por salir vencedor obedece más a mi significación como culé o a mi posicionamiento contra lo que huele a merengue. Y esto me ocurre especialmente en los últimos tiempos.
La afición madridista me merece todo el respeto, la historia del club la admiro, su palmarés lo aplaudo y su nacimiento a manos de un catalán lo hace mas humano. Necesitamos de vuestra existencia para justificar la nuestra, de vuestros colores para realzar el nuestro, de que gritéis para intentar silenciaros.
Consideración diferente merecen quienes dirigen el club y en especial vuestro entrenador. Don Florentino por omisión y Mourinho por acción han dilapidado el supuesto señorío habitualmente proclamado. Uno calla, el otro chilla, uno silenciado el otro insultante, aquel sin aparecer, este apareciendo cuando le apetece.
Los lloros por supuesta persecución arbitral suenan a equipo pequeño, las insinuaciones de posible dopaje del rival, a mal perdedor, la manipulación del calendario no justifica los malos resultados, el porqué? pone en evidencia debilidad i desconocimiento. Atacar por la espalda i introducir el dedo en  ojo ajeno de un compañero de profesión significa un acto de cobardía y deslealtad.  Descargar la responsabilidad de la rueda de prensa, anterior al partido de máxima rivalidad, en el segundo entrenador, un desaire a los clubes, los aficionados i los medios de comunicación. 
Impulsar, no la dureza, sino la violencia i disimularla esgrimiendo artes teatrales una vileza. Denunciar la belleza de la supuesta plasticidad artística del teatro, incultura. Apostar por la cerrazón ante portería un desprecio a la potencialidad de la propia plantilla.
Ante esto nosotros presentamos credenciales diferentes: respeto al adversario, humildad, educación, silencio arbitral y juego de ataque con carácter propio. Es cierto, nuestro presidente en ocasiones no da la talla pero es ocasionalmente.
El Real Madrid se merece esta comparación? Es precisamente esto lo que hace que hoy desee una victoria en el último minuto y con pena máxima injusta. Esperaré ansioso las declaraciones de uno y el silencio del otro. I si al final no ocurre lo que espero, aplaudiré vuestra victoria, os felicitaré con desgana i empezaré de nuevo a pensar en lo verdaderamente importante: salud, familia i trabajo.


Salud

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Tan sols demano respecte, educació i tolerància.